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La reciente negociación entre México y Estados Unidos ha captado la atención de empresarios, analistas y actores logísticos. Con la decisión de pausar por 90 días la imposición de nuevos aranceles, ambos países abren una ventana de oportunidad para construir un acuerdo comercial de largo plazo. Pero, ¿qué implica esta tregua para la logística binacional? ¿Es solo una pausa estratégica o el inicio de una reconfiguración profunda?
Una llamada, un acuerdo y 90 días en la balanza
La presidenta Claudia Sheinbaum logró, tras una llamada con el presidente estadounidense Donald Trump, frenar temporalmente los aranceles del 30% que amenazaban con impactar productos mexicanos fuera del T-MEC. Este gesto diplomático no solo evitó un golpe inmediato a la economía mexicana, sino que también permitió mantener vigente el tratado comercial trilateral, protegiendo el 84% de las exportaciones mexicanas.
Seguridad y comercio, una ecuación compleja
Más allá de lo económico, el acuerdo está vinculado a temas de seguridad. La frontera compartida, el tráfico de fentanilo y la migración irregular han sido factores que contaminan la relación bilateral. Se espera que México firme un acuerdo de seguridad con EE.UU. en los próximos días, lo que podría ser clave para consolidar un pacto comercial más estable. Esta mezcla de comercio y seguridad plantea retos logísticos que van más allá de tarifas: exige coordinación interinstitucional y adaptación operativa.
Impacto logístico: entre la incertidumbre y la reconfiguración
La industria logística mexicana ya ha sentido los efectos de la escalada arancelaria previa. Empresas aceleraron exportaciones, duplicaron transportes y enfrentaron sobrecostos de hasta 5%. Las PYMES, con márgenes más estrechos, son las más vulnerables. La pausa de 90 días ofrece un respiro, pero también exige una revisión estratégica: ¿cómo adaptarse si los aranceles se reactivan? ¿Qué ajustes deben hacerse en rutas, inventarios y cadenas de suministro?
¿Y después de los 90 días?
Aunque el acuerdo actual evita una crisis inmediata, no garantiza estabilidad a largo plazo. Expertos advierten que Trump podría retomar estrategias de presión si no se alcanzan resultados concretos. La revisión del T-MEC en 2026 añade otra capa de complejidad. México deberá negociar con cabeza fría, defendiendo sus intereses sin confrontación, como lo ha hecho hasta ahora.
Conclusión
La pausa arancelaria entre México y EE.UU. es más que un alivio temporal: es una oportunidad para repensar la logística binacional. Las empresas deben prepararse para escenarios diversos, desde una consolidación del tratado hasta una posible reactivación de tarifas. En este entorno volátil, la adaptabilidad, la inteligencia logística y el diálogo constante serán claves para navegar los próximos meses.
Fuente:
https://thelogisticsworld.com/comercio-internacional/aranceles-a-la-vista-como-se-reconfigura-la-logistica-mexico-eu-rumbo-al-t-mec-2026/
https://cnnespanol.cnn.com/2025/07/31/mexico/sheinbaum-pausa-90-dias-aranceles-eeuu-construir-acuerdo-largo-plazo-orix
https://elpais.com/mexico/2025-08-01/mexico-gana-tiempo-en-la-guerra-comercial-gracias-a-un-inminente-acuerdo-de-seguridad.html
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